Il Piccolino

Hemos comido ésta noche de maravilla, toda la comida de calidad, hecha con amor y con mucho gusto. Tuve una duda con uno de los ingredientes de los platos y la dueña me mostró cual era para poder consumirlo en casa ¡Un gesto muy bonito la verdad! Además que, a pesar de tener mucha faena, se les veía a todos con muy buen humor. Sinceramente cuando volvamos a Coruña, repetiremos sin duda y a la familia de aquí le recomendaremos éste lugar seguro. Muchas gracias

Un gusto tratar con gente tan maja y atenta en hostelería, en mi caso el plato no me gustó, pero por motivos ajenos a ellos. Se ofrecieron incluso a hacerme otra cosa para que no me fuese sin comer. Volveré sin duda. Un ambiente excepcional, profesionales a tope y buena gente. Un local muy bonito que cuenta además con otro piso de comedor. Los baños tienen escaleras y se accede desde una calle peatonal. Aviso a navegantes a quien interese la accesibilidad. Por lo demás, un gusto ver cómo hay personas que todavía mantienen el gusto por lo familiar y el respeto por la hostelería, esa amabilidad y proactividad que últimamente se ve un poquito menos.

un lugar de 10, un local pequeño de dos plantas con mucho encanto, un trato excelente desde la atencion telefonica para reservar como en la atencion de los camareros, en especial Alex (un chico joven) y un argentino; eramos 5 chicas y nos encantó la comida( cada una un plato distinto) y la sangria estaba buenisima, sin duda volveremos, ah!!! y muy bien de precio

Fui ayer por la noche con una amiga Pedimos dos platos diferentes de pollo, el pollo de la casa con queso, tomate... y el panna con salsa de nata, champiñones... Ambos estaban buenísimos, en su punto justo entre doradito y crujiente por fuera y tierno por dentro! De postre, una deliciosa pannacotta con frutos rojos El servicio y el producto, de 10 Volveremos!

Mi madre y yo tuvimos una experiencia muy agradable en este restaurante. Elegimos la terraza debido a su ubicación cercana a la Plaza de María Pita, nada más llegar avisamos de que somos intolerantes a los lácteos, el camarero nos recomendó unos deliciosos mejillones fuera de carta. Además, pedimos una pizza (sin queso) y una ensalada. La relación calidad-precio nos sorprendió gratamente. La ensalada era generosa en tamaño y la masa de la pizza era casera y deliciosa. Por desgracia no pudimos probar los postres porque todos tenían lácteos pero tenían una pinta increíble!