Restaurante Seul Soul

El servicio es una maravilla. Te explican los platos al detalle para saber que pedir y como se supone que hay que comerlo después. Mención especial para el ssam, que nos encantó. Mola mucho montarte tus bocaditos con la lechuga, el arroz, el puerro con kimchi, la ensalada, la carne, el caldito de miso... Es una fantástica opción para comer algo rico y equilibrado. El flan de té matcha también muy recomendable.

Nos han gustado todos, pero nos quedamos sobretodo con el sabor del pollo frito, el ssam nos parece un platazo y que es ideal para probar varias cosas (la salsa con frutas y el puerro con kimchee le queda brutal!) Y el postre nos encantó; Relleno de frutos secos y con sabor a canela, calentito a contraste con el helado!! De 10!! No os asustéis, el nivel de picante es bastante comedido y en todos los platos predomina el sabor de los ingredientes principales. Además tienen opciones vegetarianas de muchos de sus platos. Volveremos seguro, nos hemos quedado con ganas de probar sus costillas y por supuesto los Tokbokki!! @bichifood

Lo más rico el Tteokbokki! Pedimos tb Yapcha muy sabroso que viene con arroz blanco y tortilla, y ramen picante. A mi marido le gustó el ramen, pero yo por mas de 10€ no me gusta pagar un ramen de paquete instantáneo, pero para gustos los colores. Postre tortita rellena con helado un poco dura… tienen trona pero no cambiador de bebés en el baño. Tampoco tienen microhondas para calentsr el potito de bebé, pero hicieron lo posible para calentarlo al baño María.

Comida familiar, fuimos 4 adultos y un pequeñin de 29 meses, todo compartido, pedimos tres entrantes y tres principales, todo bien preparado y cocinado, raciones completas y buenos postres. Situado a 100 metros de un parking y a poco del paseo del puerto. Local recomendable con precios muy razonables.

El lugar es hermoso! La decoración está llena de flores y cuadros. El personal es muy atento, dispuestos a explicarte el contenido de cada plato. Probé el vino de arroz que es delicioso! De sabor y burbujas suaves, se siente poco alcohólico así que me parece ideal para acompañar un postre. Lo sirven en unos cuencos de metal muy bonitos. La comida es una explosión de sabores y texturas que te llevan al corazón y el alma de Corea, así como el nombre del restaurante lo indica. Sin dudas volveré.