Intenso Cocina Peculiar

¡Un local súper chulo y un ambientazo! Cenamos allí un viernes y todo estaba buenísimo. Pedimos la carta de alérgenos para ver las opciones sin gluten, y el camarero fue súper atento con eso, incluso me trajo un bollito de pan sin gluten (en ningún otro sitio creo recordar que me han traído pan sin gluten sin haberlo pedido y muy bien cocinado), lo cual evidentemente me encantó. Tanto por la comida, como por la atención, ¡repetiré seguro!

Hemos acudido a cenar a este local por primera vez y realmente no nos defraudó para nada! Todos los platos que probamos estaban realmente buenos, sobre todo la costilla, que se deshacía en la boca y el tiramisú. Las croquetas impresionantes también! He de decir que el precio es algo elevado, pero se nota mucho la calidad del producto por lo que pienso que está justificado. La antención del camarero, que no nos dijo su nombre, fue espléndida. Atento, servicial y muy agradable! Repetiremos para probar más platos

Sitio pequeño. Conviene reservar. La comida estaba muy rica y los postres mejor aún. Alguno de ellos era bastante innovador como la piña impregnada en Mojito con coco y peta zetas, pero el postre más rico para nosotros fue el de Tierras de chocolate con mousse. El camarero Antonio muy majo en general, pero a ratos intenso. Precios algo elevados. Ideal para ir en pareja o amigos.

Ayer fuimos a cenar a intenso mi novio y yo. La ubicación y la decoración del local son inmejorables, está en pleno centro y los detalles a nivel estético son muy cuidados. Pedimos ensaladilla, brioche y falso risotto. Nos quedamos perfectos de cantidad y el sabor era inmejorable. Si tuviera que destacar alguno de los tres sería el brioche. No suelo dejar reseñas pero dejar esta me parecía importante porque quiero destacar el trato tan amable de Antonio, el camarero que nos atendió. Me parece muy importante el trato del personal en un restaurante y para mi gusto este chico es un ejemplo entre cercanía sin dejar de lado el protocolo. Dispuesto, atento y siempre sonriendo. Nos sentimos como en casa gracias a él.

Pues, en primer lugar, gracias a Rubén, el cual, después de comentarle mi reiterada petición para que ofrezca más vermouths en sus cuatro locales, algo que se reduce a una única propuesta demasiado <tradicional>, pues es una marca con la q todos hemos crecido y hoy en día contamos en la ciudad con multitud de alternativas, me abrió una botella d cava Montferrant Brut <La Señora>, con lo que volví, gratamente, a la casilla d salida. Tomé unas quesadillas de lacón a la gallega, con stracciatela y aguacate verde ( lo era tanto q parecía la variante <aguacate bacon> ), muy en su punto y de un tamaño generoso, 2 unidades presentadas en un plato/fuente, adecuadas para compartir. Luego me obsequié un sugerente falso risotto con mousse d gamba roja listada y secreto ibérico, que me dejó a medias en cuanto al resultado y sensación finales. Bien presentado, bien de sabor y, la parte del ibérico, un tanto decepcionante, pues era grasa pura, que aportó en el proceso de elaboración "sustancia", pero que quedó "orillada" en el plato, pues no encontré, por pequeño que fuera, una pequeña porción de secreto que fuera comestible, curioso, como explico, pues la sensación que te llevas en el paladar es gratificante. La ración, finalmente, también es perfectamente compartible y la melosidad del falso risotto innegable.

Trato familiar, muy correcto. La comida muy rica, cantidades acorde al precio y calidad. Tienen terraza exterior cubierta. Muy recomendable la ensaladilla con atún rojo, bocadillo de pastrami y falso risotto. Quedaron ganas de repetir para probar más cosas. La única pega es el precio excesivo del pan, 1.20 por persona cuando eran 4 trocitos que ni tocamos. Por lo demás, todo perfecto.