9 Olmos

Después de pasar por delante innumerables veces y verlo siempre lleno me decidí a entrar… y repetí. Es un local sencillo pero acogedor, estrecho y no muy cómodo si se llena, aunque a los parroquianos parece no importarles mucho, viniendo como vendrán de múltiples batallas de ese estilo. Me gustó la amabilidad en la atención, los vinos por copa que servían, nada obvios, y en la segunda visita la mini hamburguesa y la mostaza que llevaba., pero tendré que regresar para probar el resto de tapas que me llamaron la atención. También tienen una parte de restaurante al fondo. Será cuestión de probar algún día, no sea que también me esté perdiendo algo…

Experiencia excepcional. Con la cocina a la vista, cerrada en un cubo de cristal, todo lo que comimos (zamburiñas con cítricos, jibión a la plancha y entrecot) estaba riquísimo porque la materia prima es de calidad y el trabajo de la cocinera excelente porque todo estaba en su punto. Creo que las zamburiñas que comimos allí fueron las más ricas en todos los días que estuvimos en Galicia. El camarero nos aconsejó super bien al elegir la comida y el vino y el lugar está decorado super acogedor cuidando todos los detalles, la vajilla, los vasos, las copas,... y el baño de chicas que me encantó. Para repetir.