La Peninsular

No tengo palabras para describir la experiencia que ofrece este lugar. Primero de todo la materia prima, después el trato de Marta ( auténtico, único, especial ) y después los platos, sobretodo uno que me ha enamorado , el morro cochifrito. Me he enamorado pocas veces en la vida. Esta es una de ellas. Gracias.

Local con personalidad propia gracias a Marta, su equipo y unas tapas elaboradas con producto km0 del mercado y la lonja de de la Barceloneta. En esta taberna donde mejor ir sin prisas (slow food) el trato es cálido y personal. Mis platos 10 son, las zamburiñas, los calamares a la andaluza, los caracoles y la gamba roja. Es uno de mis referentes de la Barceloneta.

La Penínsular es una pequeña y acogedora taberna donde ofrecen unas excelentes tapas elaboradas con un producto de mercado de primera, a mí personalmente me chiflan los calamares a la andaluza, las zamburiñas, las croquetas de chipirones y los caracoles. El personal con Marta a la cabeza es encantador y muy atento. Definitivamente se ha convertido en mi sitio favorito de la Barceloneta.

Espectacular se queda corto. El personal muy amable como si estuvieras en tu casa. La comida riquísima los pescaditos fritos (sonsos), los calamares, las croquetas de chipirones, los pimientos de padrón... Pero todo se junta el trato cercano y la calidad de sus productos. Gracias Marta y a su camarero Walid que es un encanto y profesional y a Ana la cocinera que su comida es espectacular. Bss y te doy la mejor nota porque no hay un 6. Solo recomiendo los platos que comí pero no están todos pero seguro que todo lo que pidais está riquísimo. Lo encontramos por casualidad en internet y nos fiamos de sus reseñas pero las buenas reseñas le hacen justicia porque se lo merecen. y ya flipas con el pan con chocolate parece una tontería pero el secreto hace que esta receta este buenísima como la leche frita. Bs

Es una bodega tradicional, con comida de la cocina española de toda la vida. La comida estaba buena, me gustaron mucho las croquetas de chipirones y los púlpitos, sin duda mis favoritos. Es mejor ir con reserva porque el sitio es pequeño y se suele llenar. El servicio muy amable pero un poco lento, es verdad que el día que fuimos nosotros habían tenido una baja y estaban un poco desbordados.

Lugar pequeño pero con un encanto auténtico! El trato del personal fantástico, muy amables, hay que dejarse aconsejar por los platos del día. Comimos las croquetas de chipirones muy ricas, la bomba y unas alitas de pollo con caracoles ( que nos aconsejaron) muy rico! Recomendable y volveremos seguro!