Teresa Carles

Muy rico todo! Tan sólo un poco caro (33€ 2 personas, cada una pedimos la opción Plato principal + postre, y el agua/bebida va a parte). El personal muy amable. El ambiente bien aunque hay mesas en la entrada que tendrán que aguantar un constante ruido de platos, y también podrían incrementar la luz de las bombillas de una de las salas que es interior. Repetiremos!

Está rico, pero en muchos aspectos nos decepcionó. Las bravas de Teresa son un cúmulo de verduras al horno: remolacha, boniato, zanahoria y patatas. Así que de bravas más bien poco. El surtido de croquetas fue todo un acierto. Sin embargo, la lasanyuki fue una decepción (tenía un sabor muy peculiar a una especia, y acabó sabiendo solo a eso), la hamburguesa muy deliciosa (la salsa está muy sabrosa) y por último yo me pedí el rissotto de calabaza y aunque estaba rico, no fue nada del otro mundo. Lo peor fue el postre, pedimos una “torrija”, y fue la peor decisión que hemos tomado para elegir postre. Era una rebanada de pan (gordísima), seca por dentro, la corteza (literalmente quemada), por dentro la masa era chiclosa (costaba de pasar), lo único bueno era la salsa que solo llevaba por fuera. Una decepción, por favor, no la pidáis. Será una decepción. Por otra parte, pedimos varias kombuchas y no había casi ninguna, pedimos un vino y tampoco había. Eso sí, los camareros muy educados, simpáticos y amables. Atención rápida y pese a que no tenían cosas que pedíamos, nos ofrecían amablemente alternativas. Lo recomiendo para probar pero definitivamente no es un lugar para ir a menudo ni para repetir. Me gustaba mucho hace años para ir a comer menú del dia, pero lamentablemente esta vez me ha decepcionado.

Desde el momento en que llegué, fui recibida por un personal amable y atento. Me sentí muy bienvenida y me explicaron detalladamente las opciones en el menú. Además, estaban dispuestos a responder a todas mis preguntas y se aseguraron de que estuviera satisfecha con mi elección. En cuanto a los diseños de plato, me quedé sorprendida por la creatividad y la presentación de cada uno. Cada plato era una obra de arte en sí mismo, con una combinación de colores y texturas que realmente cautivaban la vista. La atención al detalle también se reflejaba en los sabores. Cada bocado era una explosión de sabores, que demostraban que se había puesto mucho cuidado y consideración en cada receta. Mi recomendación es un 10 !!!

Excelente oferta de comida vegetariana y vegana. Muy sabroso, puesto en plato con elegancia y con cantidades generosas. Solo un pequeño comentario sobre el servicio: es un poco incómodo que vengan a retirar los vasos, pasando por encima de nosotros, cuando estábamos todavía en la mesa y aún no habíamos pedido la cuenta. Da la sensación de que quieren que nos vayamos cuanto antes ( no eran ni las 22;00 y el restaurante estaba medio lleno aún). Aún así, muy recomendable!