Can Culleretes

Que más se puede decir del restaurante más antiguo de Barcelona?. Calidad de la comida, cocina y relación calidad/precio excelentes. Ubicado casi a mitad de las ramblas (a un par de calles), de los últimos reductos que puedes encontrar donde aún te reciben con un "Bon dia, en què els puc atendre" (idioma de la terra), con el personal de toda la vida y con atención excelente. Un detalle es que a pesar de su ubicación, de la gran cantidad de comensales que hay, solo 4 eran extranjeros. Zona libre de turismo parece ser. Sin duda, si estás por la zona, no hay fallo y hay que ir.

Buenísimo, he ido un viernes a la 13:00 y ya tenia cola en la calle (buen señal). El servicio impecable, aunque no tenía reserva me llevaron a la mesa, todo muy rápido y profesional. La comida casolana, tradicional y riquísima. Un restaurante que te traslada para el siglo XVIII con calidad y buen precio (menú 19€).

Seguid yendo a sitios de postureo, con comida quiero y no puedo, decoración de gusto cuestionable y luz tenue para luego extirparte un riñón con la cuenta...yo mientras me quedaré con un sitio tradicional como éste con el encanto de la solera y el saber hacer de siempre. El trato perfecto, la comida muy bien hecha, riquísima, buenísimas...todos los calificativos que quieras en ese sentido. Yo tomé los canelones "de sempre" , butifarra amb fesols y la mejor crema catalana que he tomado nunca. Salí llenísimo y contenro por 19€. INMEJORABLE

En 1786 inauguraron este precioso lugar con mucha historia ya que es el segundo restaurante inaugurado en España. Sus comidas típicas catalanas y el ambiente hace que vuelvas al siglo XVIII. Calidad excelente, variedad, menú económico. Personal amable y eficiente. Recomendación: el jarret amb volets

Lugar fresco, muy rústico/clásico como los restaurantes antiguos de Barcelona. Es el restaurante más antiguo en funcionamiento. Recomiendo reservar mesa porque siempre está llena. Servicio de primer nivel y precios justos. Recomiendo optar por el "Menú del día" que no te equivocarás, ya que tiene una gran variedad de primeros y segundos platos + postre, todo por 25 euros.

Unos amigos de Barcelona me habían recomendando Can Culleretes, uno de los restaurantes más antiguos de la ciudad, y quedé gratamente sorprendida. Los canelones de carne fueron un auténtico acierto, destacando por su sabor casero y tradicional. A pesar de la afluencia de gente, el servicio fue rápido y atento, lo que contribuyó a una experiencia gastronómica muy satisfactoria. El ambiente del restaurante es cálido y lleno de historia, lo que añade un toque especial a la comida. Sin duda, recomiendo Can Culleretes a quienes busquen probar la auténtica cocina catalana en un entorno con encanto