Petit Capet

Desde la primera visita a esta cocina gastronómica, quedé cautivado por la atención meticulosa al detalle y la pasión palpable que impregna cada plato. Cada experiencia culinaria es una obra de arte en sí misma, cuidadosamente elaborada con ingredientes frescos y técnicas innovadoras. El ambiente es tan acogedor como inspirador, con una decoración moderna y minimalista que resalta la belleza de cada creación culinaria. El personal, liderado por el talentoso chef Gonzalo con una estrella Michelin en Japón , demuestra un profundo conocimiento y amor por la cocina, lo que se refleja en cada plato que llega a la mesa. Desde los entrantes hasta los postres, cada bocado es una explosión de sabores que deleitan los sentidos y despiertan la curiosidad gastronómica. Además, la cuidadosa selección de vinos y la recomendación experta del sumiller complementan a la perfección cada plato. En resumen, esta cocina gastronómica es mucho más que un simple restaurante; es un santuario para los amantes de la buena comida y una experiencia que nunca olvidaré. Recomiendo encarecidamente una visita para aquellos que buscan una experiencia culinaria única y memorable

La experiencia en Morralet desde que llegas es muy agradable , muy atentos, música agradable , impecables mesas , la presentación de cada plato es algo indescriptible. Variedad de platos de Donde escoger los que ordenamos estaban excelentes. Yo les recomiendo que cuando estén en Barcelona reserven para que disfruten de este lugar no se van a arrepentir.

Empezamos, por lo que menos nos gustó, los Raviolis crujientes de panceta ahumada y mayonesa de miso. Un poco insulsos. Seguimos con el Aguachile de langostinos, buenisimo. Es como un ceviche. Lo justo de acido. Perfecto. Muy recomendable. Tambien nos gusto la Berenjena a la llama con queso burrata y sardina ahumada. El contraste de la berenjena y la burrata excelente. Pasamos a los segundos con un Arroz de magret de pato y butifarra negra. El arroz estaba excelente, el pato al punto cortado finamente. Y me encanta el punto que le da la butifarra negra. La Carrillera de vaca con Parmentier de patata y Chalota estaba que se deshacia. Con el parmentier y una salsita marca de la casa, lo hacian excelente. Lo que mas nos gustó. Acabamos compartiendo una Crema de melocotón, helado de cardamomo y crumble. También pedimos pan con tomate, aunque el pan era bueno se les habia quemado por el exterior. Una lastima. Es un restaurante tranquilo, para estar relajado. El servicio fue súper atento en todo momento y los platos iban saliendo agiles de la cocina. Nos sentimos muy cómodos durante toda la cena.