Roka Barcelona

Antes de todo, quiero decir que esto no es el tipo de restaurantes donde usualmente me gusta ir a cenar, no soy muy fancy y me gustan sitios mas simples. Dicho esto, ROKA me ha encantado! El sitio es muy bonito, y la vista es una auténtica preciosidad. La comida súper buena: los edamames picantes, la tartar de pez limón sorprendente, y al final un solomillo de ternera con brócolis trufados que aún me hace salivar. Y el trato de Patrizia y Nicola ha sido el mejor. Volveré seguro.

Sitio y ambiente espectacular con DJ en directo. Comida muy TOP. Precio de los vinos demasiado alto, como si estuvieses en una ciudad europea. A mejorar: 1. Los palillos que te ponen son de usar y tirar. Creo que el sitio merece palillos mejores. 2. Hay camareros que no hablen catalán ni castellano (solo inglés). En la entrada nos preguntaron como llevabamos el ingles para ponernos en una zona o en otra, cosa que me parecio desafortunada.

Sencillamente genial. Ambiente romántico, súper agradable. Terraza con mucho encanto, parece un rincón recóndito en el medio de la ciudad, y con show cooking. Atención y servicio excelente. Personal muy amable, agradable, con idiomas y atentos. Comida riquísima. Nos gustó absolutamente todo y los makis incluso repetimos! Fue toda una experiencia. No es barato pero lo vale. Súper recomendable y si podemos antes de que se acabe el verano volveremos! A destacar que incluye parking (del hotel Arts), te dan un ticket en la entrada del hotel y debes pedir que te lo sellen en el restaurante al pagar la cuenta.

La comida súper buena, hicimos menú degustación y nos sorprendió gratamente lo bueno que está, relación calidad precio,está muy bien,porque la calidad de los alimentos se nota, y el sabor también,el ambiente es perfecto, vistas bonita, aire puro, y música agradable, los camareros son súper amables, nos atendió Tamara y la verdad un 10/10.

Poco imaginábamos lo que nos esperaba ayer cuando decidimos acercarnos al Roka para "tomar algo" y escapar del calor en algún sitio bonito cerca de la playa. "Fantasía" es, quizás, la palabra que mejor define la experiencia, y es que esta mañana me preguntaba si no lo habría soñado. Pero no, fue real: una cena y una velada que superan a la mejor que os podáis imaginar, porque hasta la imaginación tiene un límite. Un lugar increíble, bajo la sombra de ese enorme rascacielos de metal que es el Hotel Arts, iluminado por los últimos rayos de sol, sentados en una barra a la que llegaba la brisa del mar ¿Qué más se puede pedir? La comida, excelente. No sólo buenísima, también bonita, maravillosamente presentada, todo un lujo para los sentidos. Innovación, creatividad, todo cuidado hasta el último detalle. Pero si a veces el lujo y la elegancia pueden resultar un poco fríos, la simpatía de Pablo y Kevin tras la barra, su enorme profesionalidad, sus recomendaciones, el placer de ver a dos personas disfrutando del generoso oficio de "hacer disfrutar" a los demás, todo eso y más hicieron de la noche de ayer algo para recordar. Si te gusta la comida japonesa, las frutas exóticas, la coctelería más exclusiva, y la simpatía del sur (de un sevillano y un italiano en su salsa), no puedes dejar de ir ;)