Piccolo Andrea

Aunque las pizzas se nota que no son demasiado frescas lo compensa con el precio. Es un buen sitio para salir de un apuro si no tienes claro donde comer o el qué. El local es muy agradable, limpio y acogedor. A destacar una especie de bollo de pan chino relleno de diferentes quesos (no recuerdo el nombre para ser honesto pero estupendo).

Salgo del gimnasio y mi radar bucea en mi memoria en busca de un lugar donde comer y, ahi aparece una vitrina atrayente repleta de sugestivos alimentos. Como hoja que lleva el viento en la ligereza de mis pasos llego al local. Con discrección entro y observo la estancia. Jovenes distentidos charlan y comen. Tras un breve tiempo de espera. Un amable camarero se dirige a mi con hablar sereno y distendido. Es mi momento la decisión ya estaba lista en mi memoria deseosa de pronunciar mi pedido: rollo vegetal y fanta de naranja. Y ahora aquí entre bocado y bocado de tan delicioso alimento escribo este texto para agradecer y recomendar a Picoolo Andrea a toda aquel que quiera comer buenos alimentos preparados por manos amorosas, con atención bien servidas y degustarlas en una atmósfera agradable en la armonía de hombres en su mayoria jovenes que hablan, rien y comen. Es un placer ser comensal en este lugar.