La Buena Cocina

Carta variada y sorprendente con producto de primera calidad. El tartare de quisquilla y los puerros espectaculares y la carne de lomo en su punto. Carta de vinos amplia con referencias no tan conocidas para el gran público pero muy buenas. Café y pan espectacular, que hoy en día es difícil de decir

Segunda vez que visitamos este restaurante. Si bien la primera vez salimos encantados con la comida y el servicio, esta vez hemos encontrado luces y sombras. Pedimos el menú degustación. Cantidad abundante y buenas elaboraciones. En cuanto al servicio, rápido y agradable, aunque en varias ocasiones tuvimos que pedir que explicasen lo platos porque no lo habían hecho, o lo habían dicho demasiado rápido como para entenderlos, en parte también debido al exceso de ruido que había en algunos momentos . Felicitar al sumiller por sus recordaciones y el trato, además nos pusieron un vino dulce cortesía de la casa.

Super recomendable Probamos el pulpo cn batata y sobradasa y el brioche de rabo de toro cn un pure q estaba increíble Fue toda una sorpresa La tarta de queso cn trufa muy muy buena Sin duda repetiré El servicio muy amable y nos ayudo para escoger los platos 90€ 2 platos mas postre con una botella de cava

Tenia tiempo con ganas de probar este sitio y la verdad que está bastante bien. Lo que menos me ha gustado ha sido la atención. El sitio por dentro es bastante sencillo, pero comida estaba muy rica: en particular el Brioche de rabo de Toro (que la porción es enorme), y los Ñoquis. De precios por encima de la media, pero utilizan ingredientes de calidad y ofrecen platos únicos.

Sitio algo escondido, lo encontramos gracias a la guía Michelin. El restaurante esta genial. La carta es breve pero al ir leyendo quieres probarlo todo, cocina muy diferente a lo que hay en Granada, eso sí, tienes que pagarla… el precio un poco elevado, por esto mis 4 estrellas. La carta de vinos es espectacular, tienen muchísima variedad. El servicio muy bueno, el chico que nos atendió nos hizo la comida super agradable y explican cada plato con detalle. Volveremos a comer el atún Kimuchi, menuda locura!!!!!!!!!! Impresionante!!! Y a probar otros platos, ya que nos quedamos con las ganas de unos que habíamos seleccionado y no le quedaban. Recomendable

Las mollejas muy buenas pero el arroz señoret, la verdad que no nos convenció, ni por sabor ni por el pescado que le ponen. Volveremos a probar otras cosas pero con el arroz éste en concreto no lo pediremos más. En cuanto al resto, mesas pequeñas, sin mantel, aunque parece que eso se ha puesto de moda.

Excelente, nos ha encantado. Un sitio que pone en alto la gastronomía local La atención y profesionalidad del camarero Moisés y su explicación de cada plato ha sido genial para resaltar en esta reseña. Probamos el menú degustación, que calidad/precio me ha parecido muy coherente. Recomiendo ir con hambre. Por encontrar un mínimo menos, diría que me pareció raro que no pongan aceite con el pan, me hubiera gustado. Pero lo dicho, merecida esa nueva mención en la guía michelin… volveremos.

Siempre que vamos pedimos la 'Alcachofa flor, huevo frito y yema', 'Nuestras gambas al ajillo' y 'Tartar de quisquilla de Motril y emulsión de rizo'. El primero consiste en una alcachofa vaciada que alberga en su interior una jugosa yema de huevo. Se deshace en el paladar, toda una delicia. El segundo plato es servido sobre un sabroso lecho de aceite en el que previamente el camarero rocía aceite a alta temperatura produciendo el crepitar de las gambas. Además, van acompañadas de cabezas secas y crujientes, que a mí gusto otorgan la excelencia al plato. Con el tartar de quisquilla se experimenta literalmente un sabor intenso a mar, sorprende la sutileza en la presentación. Aparte, si les apetece un entrante fresco y ligero, prueben la ‘Burrata, calabaza asada e higos’. Si son amantes del pescado, prueben el 'atún kimuchi', preparado en pequeños taquitos macerados en una salsa deliciosa o el 'pulpo a la brasa con boniato y sobrasada', una combinación de sabores entre el dulce y el carbonizado que resulta muy agradable. Si, por el contrario, prefieren carne, la 'Presa al carbón con praliné de pipas' no les defraudará. Para beber déjense recomendar, solemos tomar una copa de blanco y otra de tinto, y lo que nos aconsejan siempre marida a la perfección con los platos pedidos.