Cervantes 10 Vermutería

La verdad es que todo excelente. Fuimos a tomar unos vinos y vermuts (súper recomendables, tienen hasta 110 diferentes creo) y acabamos comiendo allí de lo a gusto que estábamos. Los camareros son muy majos y te ponen una tapita a elegir con cada bebida que pides. La comida también muy buena y bien de precio. Pedimos unos huevos rotos para chuparse los dedos, la carne también recomendable

Visita Obligatoria si te gusta el vermouth ! Es típico en León salir de cortos, de cañas, de tapas… pues un buen vermouth también se agradece. En esta vermutería tienen uno riquísimo. Además tienen unas tapas muy ricas. Nosotros probamos el gazpacho, el de foie y la ensaladilla, y todos estaban riquísimos. El servicio fue muy bueno. Nos atendió una chica muy simpática y la verdad que estuvimos muy cómodos. Volveremos seguro

Hemos vuelto a la Vermutería Cervantes esta vez al restaurante, muy agradable la mesa del sofá de capitoné amarillo al lado de las puertas abatibles. Para empezar las exquisitas croquetas de jamón ibérico y de trufa. Seguimos con la carrillera y la lubina en salsa de bogavante, muy ricas y acompañadas de guarniciónese al gusto y para terminar, imprescindible, la tarta de queso con galleta triturada por encima. Muy buen servicio y ambiente. ———————————————- Un imprescindible en nuestra ruta en el Barrio Romántico de León. Nos encanta su vermut acompañado de cono de foie en cualquier tiempo y, cuando el frío arrecia, sus riquísimas sopas de ajo con trucha

Aproveché que era lunes, día del cocido leonés, para compararlo con el cocido maragato que tomé unos días antes en Castrillo de los Polvazares. La principal diferencia que encontré fue el orden en que se toma, el leonés es como el madrileño (sopa, legumbres y carnes). También algunas de las carnes son distintas. Antes de la comida, y ya que estaba en una vermutería, probé uno los muchos tipos disponibles. Rico, aunque la tapa la encontré demasiado pequeña.

Nos ha gustado mucho este sitio, empezando por la calidad de los platos y acabando por el trato recibido, súper simpáticos y atentos. El comedor estaba lleno y el local también (estas fechas son lo que tienen), aún así hemos podido comer en una de las mesas altas y, a pesar de estar muy a tope, no hemos tenido que esperar más de lo normal, los platos han ido saliendo con rapidez. Especial mención al vermú y al canelón de carabineros.