Meson Restaurante El Charro

Entre y pedí un blanco al criterio del señor que me servio. le dije que era para polvorones en navidad,ese vino. Bueno podemos mirar con que se puede marinar,aparte de sus polvorones, como no suelo tomar blancos y después de ver que me pase con mi respuesta, deje me preparase un pincho (Pimiento asado a la brasa acompañado de una lámina de ventresca de atún) Pimiento riojano o navarro y ventresca espectacular .Si fui triste salí mas triste,si fui feliz salí más feliz-,ese era mi problema -Pero trato, Presentación y sabor 10 de 10.Gracias por hacerme sentir los sabores de vino y pincho ,una gran ayuda por su parte,Le agradezco paciencia con mi conducta.Gran profesional ;Volveré a saber nombre del vino

Logroño está lleno de bares de tapas ricos pero cuando estás aburrido de ellos tienes un lugar donde comer excelente y barato, el Mesón Charro llevado por su chef Rubén. Especializado en carnes a la brasa y con comida casera de La Rioja. Además, los productos son frescos y bien cocinados. Es un lugar sencillo, donde el propio chef se acerca para preguntar si la comida estaba a nuestro gusto. Camareros locales muy simpáticos. Si vienes a Logroño debes de visitarlo, al final comes mejor y más barato que ir de tapas. Gracias por todo!!!

He ido porque me lo recomendó un amigo Javier. Y la verdad hemos comido fenomenal calidad-precio excelente. Y el trato de los camareros muy amables, en su sitio, no será la última vez que vaya. Había visto comentario de la tarta de queso y para mí es excepcional, y soy un gran catador de la tarta 🍰 de queso, siempre que hay la pido, un 10

Una experiencia excelente, nos gustó mucho. Fuimos a comer el menú del día: 30€ por persona, pero platos con más calidad de lo normal; la relación calidad-precio, perfecta. Son especialistas en brasa con sarmiento, y se nota ese toque especial. De aperitivo nos pusieron chistorra a la brasa, picante y crujiente por fuera. Muy rica. De primeros pedimos ensalada de ventresca y arroz con chipirones, medio caldoso, muy rico de sabor. De segundos, chuletas de cordero y entrecot de vaca a la brasa, espectacular. El color de la carne era tremendo. El postre sí fue más flojito, la tarta de queso nos gustó menos. En conjunto, un sobresaliente. Un sitio en el que estaremos encantados de repetir la próxima vez que vayamos a Logroño. La ubicación, en plena calle Laurel, también ideal.