Dzalbay Cantina Bar

Las bebidas y comida muy bien, música agradable, al llegar no había lugar en la planta baja donde tocan en vivo, sin embargo, me dieron mesa arriba, en cuánto se desocupó una mesa de abajo, me avisaron de inmediato y pudimos disfrutar de la música, el personal muy amable excepto el mesero que nos atendió de nombre Cristian, se sabe que el turismo es más valorado en estos lugares, pero si sentimos mucha la diferencia solo por este mesero que nos reclamó incluso propina por su mal servicio, con cara larga desde el minuto 1, enojado cada que se le pedía algún servicio.

Un club de jazz con una atmósfera sutil, relajante, la música en vivo un deleite mientras tomas unos deliciosos tragos , tan creativos como la decoración, pues cada trago tiene un nombre de algún renombrado músico de jazz. Mi favorito fue el Nina Simone. La carta de comida podría ser más variada. Un punto excelente del lugar es que los domingos dejan subir a músicos del público para tocar.

La música es increíble, los precios de la cerveza pueden estar un poquito elevados en comparación a otros bares sin embargo es entendible por el concepto del bar. El ambiente me pareció muy agradable. La comida está muy básica, el sabor no es malo pero tampoco es lo más delicioso, esta muy "equis". La cantina se caracteriza por la música y no por la comida. Los tacos de arrachera y las quesadillas de pollo son aceptables, aunque por el precio las porciones son pequeñas. Recomiendo ampliamente el lugar para ir por un trago, platicar, y escuchar música agradable.