Trikki Nueva Orleans Cuisine

Una experiencia culinaria que nos recuerda estar en el corazón de Nueva Orleans. Desde el momento en que entramos en este encantador restaurante, sabíamos que estábamos en un lugar especial. El ambiente acogedor nos envolvió con su cálida bienvenida, complementado por una decoración que captura la esencia del Jazz con un toque moderno. Nuestra aventura gastronómica comenzó con un bocadillo de langostinos, una obra maestra culinaria que nos dejó sin palabras. Los langostinos estaban perfectamente cocidos y rebozados, jugosos y llenos de sabor, complementados con una salsa suave picante que realzaba, sin opacar, el sabor natural del marisco. A continuación, probamos el gumbo, un clásico de Nueva Orleans. Este gumbo era simplemente sublime, con el equilibrio perfecto de especias, carne tierna y un caldo que era una sinfonía de sabores. Cada cucharada nos llevó a un viaje por la rica historia culinaria de la ciudad. Para completar nuestra experiencia, pedimos tomates verdes fritos. Estos no eran los típicos tomates fritos; estaban crujientes por fuera y jugosos por dentro, con un toque de especias que les daba un carácter único. Fueron el acompañamiento perfecto para una comida ya excepcional. El servicio fue impecable, con un personal atento que se aseguró de que cada aspecto de nuestra comida fuera perfecto. Su conocimiento de la carta y sus recomendaciones personalizadas enriquecieron nuestra experiencia. En resumen, este restaurante no es solo un lugar para comer, sino un destino que ofrece una experiencia culinaria auténtica y memorable de Nueva Orleans. Ya sea por el bocadillo de langostinos, el gumbo o los tomates verdes fritos, cada plato era un testimonio de la calidad y la pasión por la cocina. Sin duda, es un lugar al que volveremos y que recomendamos encarecidamente a cualquiera que busque lo mejor de la cocina de Nueva Orleans.

Nos faltó mejor atención y explicación de los platos. Probamos el arroz jambalaya, rico, picante, con una tajada de chorizo criollo y una tajada de pollo, el tema de la carne resultó escaso. También probamos el bocadillo por boy forest, rico, abundante. Ofrecen variedad de cervezas. Me parece una propuesta gastronómica muy interesante y diferente pero. Recomendable por probarlo. En nuestro caso nos quedamos un poco igual, no encantados. Quizá no elegimos bien los platos. Música ambiente muy agradable.

Fuimos a comer en pareja y nos encantó. La dueña nos explicó bastante acerca del origen y sabor de los platos y fue muy amable en todo momento. Al ser bastante especiados y picantes los sabores recomendamos pedir medias raciones lo cual facique puedas probar un poco de todo y vas a salir muy bien. Pedimos de primero medía de tomates verdes fritos (buenísimos), vienen tres rodajas de tomate grandes, pedimos también unos langostinos rebozados que estaban increíbles! De segundo pedimos media de gumbo (un arroz blanco con un guiso delicioso con chorizo, pollo, carne), y jambalaya, arroz que según hemos leído tiene su origen en los españoles y que se asemeja a un arroz con cosas jejeje pero muy muy rico. Recomendamos también la jarra de cerveza victoria que sale a 5 euros. Volveremos para probar los po boy y los buñuelos con azúcar!