O'pazo

Buena cocina y producto (las gambas poco hechas a propósito pero demasiado crudas para mi gusto, percebes pequeños y filloas especiadas excesivamente, casi a estilo árabe), precios altos (como es lógico). El maitre aconseja bien -en platos y cantidades- sin aprovechar el descocimiento del cliente novel. Decoración mínima y mesas con escasa separación entre ellas; conversaciones (somos españoles) en alto, por lo que el lugar se convierte en algo ruidoso. En la cena, clientes variopintos con vestimenta informal (jerseys, vaqueros y deportivas pero también con traje y corbata); es decir, cada uno puede ir como quiera (supongo que con un mínimo de decoro apropiado), lo que me parece positivo. Buen servicio de camareros (profesionales auténticos que ahora escasean), guardarropa y excelente conserje atento para abrir la puerta, solicitar taxi o lo que se necesite. Los reservados tienen buen aspecto, aunque comimos en el salón principal. Resumen: restaurante para conocer y, si se lo puede permitir, volver; recomendable, por supuesto.

O'Pazo, buena materia prima y buen servicio. En las fotos; Tartar de quisquilla (espectacular), Tosta de pan rústico con papada, yema y caviar, Gamba roja de Denia, Langosta, Besugo, Chocolate y coulant de queso (Los postres nos dejaron algo indiferentes). Por lo general la atención excelente, si bien es cierto que echamos en falta la presentación previa de la Langosta con su peso, pues nos resultó algo reducida y hubiesemos pedido una de mayor tamaño de haber tenido la oportunidad. Dejamos 10€ de propina y animo al lector a que haga lo mismo.

He ido de nuevo y todo genial. Uno de mis sitios favoritos de Madrid. El rodaballo y los percebes son de 10. Un establecimiento que no defrauda. Los carabineros a la plancha asi como las croquetas están muy ricas. El arroz de cigalas y papada ibérica tiene un sabor intenso y está excepcional. Los postres están muy ricos.

O'Pazo es un lugar elegante y sobrio que se aleja del concepto de la marisqueria tradicional, sin dejar de lado la calidad de los productos, ni del servicio. Son un equipo fantástico pero nosotros contamos con la atención de Antonio y Alberto y no podía dejar pasar la ocasión sin mencionarlos, ambos excelentes. Si tenéis la oportunidad no dejéis de probar las almejas que preparan con la salsa especial de la casa y el pulpo a la gallega, una maravilla.

Producto fresco como no podía ser de otro modo. El salmón del aperitivo espectacular. Pulpo bueno, croquetas de carabineros normales, el besugo fresco y sabroso, mientras que el marmitako de bogavante es un poco decepcionante, para mi gusto el bogavante se merece un mejor guiso. El restaurante dispone de zonas con reservados, más íntimos, mientras que las mesas individuales para parejas se ha aprovechado demasiado el espacio. En la segunda visita probamos las almejas de carril, frescas con buen sabor y una rica salsa, y el arroz con carabineros, no es el mejor arroz que he probado pero los carabineros estaban jugosos y bien cocinados. Buen restaurante para darte un buen homenaje si escoges bien los platos, aunque mejorable en ciertos aspectos.