Restaurante Lua

Es mi primera vez en un restaurante de este tipo, me refiero a un lugar donde comes muchos platos, con una elaboración delicada, maridaje en cada plato… y tengo que decir que me sigo quedando con la cocina tradicional. Nosotros fuimos por un regalo pero no volveríamos, calidad buena, servicio perfecto, comida correcta en cantidad pero nada me hizo sentir que merecería la pena volver. Opinión personal… Tomamos el menú degustación con maridaje, 9 platos los cuales destaco, el salmón, la empanada pera y el prepostre de coco lima… Platos en general ricos pero no sé… algo me faltó… Buena experiencia pero por lo que se paga, me quedo como estaba.

Experiencia muy recomendable. El menú es muy interesante y equilibrado, con especial énfasis en productos del mar. Personalmente encontré magnificos el ceviche con aire de fresa, la ostra con jalapeño o el tartar de carabinero. Los platos con aire más tradicional, como el cochinillo o el bacalao con salsa de callos son también excelentes. En los postres, la tarta de Santiago líquida es soberbia. Por otro lado, el servicio es francamente bueno, muy amable y acogedor. Fuimos con un perro pequeño, confirmando la posibilidad previamente, y todo fueron facilidades y atenciones por parte del chef y el resto del equipo. Disfrutamos y mucho e intentaremos volver pronto.

Hemos elegido este restaurante por ser de un compatriota, un gallego. El local está situado en el barrio de Chamberí cerca de la línea metro Iglesia. Su ambiente es rústico pero bien decorado, cuenta con una sala no muy amplia, terraza y en el bajo una sala para eventos. Hemos comido un menú degustación Lúa que consta de nueve pases también tienen otro menú llamado Lúa Chea con maridaje. Como es lógico unos platos nos gustaron más que otros a mi pareja lo que más le gustó fue primero y a mi en bacalao. A mi pareja no le gustó el plato de carne que era pichón y muy amablemente se lo cambiaron por un entrecot. El personal era muy atento y te explicaban cada pase con detalle.

Gran sorpresa, sin duda alguna repetiremos. El menú es muy completo tanto en calidad como en cantidad y el precio muy ajustado para todo lo que ofrece y más aún siendo un estrella Michelín. El servicio es atento y la sala es acogedora, con el toque justo entre moderno y clásico. Como punto de mejora esta el que el chef aparezca en el comedor solo para hablar con algunas mesas (a las cuales entiendo clientes habituales). En los tiempos que estamos entiendo que no se lleve el que el chef salga ya a saludar, ok, pero si sales, al menos acércate a cada mesa 30 segundos a preguntar si todo bien.