Restaurante Express Egypcio

Mi experiencia en este restaurante ha sido de 10. La comida, cada plato que pruebo, más me sorprende. Quiero probar cada vez más. Tienen una gran variedad de platos y un plato sólo para una persona es una buena cantidad y abundante. El ambiente del local es fantástico, agradable, te sientes súper agusto cuando estás allí. El equipo es de cine. Gracias chicos por la labor que hacéis a diario y por hacer que los clientes nos sintamos como en casa 😁

Uno de los mejores restaurantes en Madrid, sin dudas! Había poca gente, y nos fuimos poco antes de que cierren, pero es que no podíamos parar de probar uno y otro plato. De entrante, unos rollitos con salsas; de primero, un curry de pato con arroz que no podía estar más espectacular (gracias especiales por hacerlo suave!) Y por último, unos fideos con cerdo y crema de cacahuete que estaban increíbles. Los platos eran super abundantes, pero no pesados. Todo muy fresco, excelente calidad. El lugar esta muy bien ambientado, el mural de Messi se lleva todos los aplausos, y la atención y dedicación del personal es lo mejor. No te tratan como un cliente, sino como un amigo. Volveremos sin dudas!! :)

Fuimos a cenar un viernes con reserva previa y nos garantizaron el descuento que nos dieron con la reserva. El camarero fue totalmente atento, nos recomendó la cantidad (1 plato para compartir y 2 segundos), los platos y la bebida. Nos fiamos de él y fue todo un acierto. Sabores distintos y nuevos para nosotros. Pedimos: - Los royitos de degustación; con diferentes salsas; entre ellas, una de pescado. Nos alucinó. - Los tallarines con salsa de tamarindo; plato salado, dulce y ácido a la vez. - El pato con verduras hechas al punto; que era un poco picante pero totalmente soportable (y eso que a mí no me gusta el picante). Al tener leche de coco, lo endulza y a la vez equilibra el picante que lleva. - De postre pedimos lo más vietnamita: una especie de natilla con esencia de rosas. Te refresca y te "lava" la boca, haciendo que te vayas con un sabor dulce y fresco de la boca. De beber pedímos la cerveza vietnamita y dos vasos de agua que amablemente el camarero nos rellenó. El trato fue impecable, los cocineros a los que personalmente fui a agradecer por lo rico que estaba todo, muy amables. El sitio, tranquilo. Lo mejor; luego se fue llenando de gente. Sin duda, lo recomendamos y sin duda, volveremos.