Fonda De La Confianza

Un bonito nombre para un estupendo establecimiento. Se puede confiar plenamente en la altura de su cocina, con escabeches magníficos, arroces en el punto perfecto y una carta basada en la cocina tradicional, pero siempre original y perfectamente ejecutada. El servicio de sala supera todas tus expectativas. No en vano viene avalado por la experiencia de Francisco Patón, un profesional como la copa de un pino, con un currículum para enmarcar, en el que figuran nombres como el Hotel Urban o el Villarreal. Manteles de hilo, grandes servilletas de tela perfectamente, planchadas y almidonadas y la atención constante de los camareros (pero no agobiante ni invasiva). No os perdáis el pisto en escabeche ni el arroz de conejo y caracoles.

Sitio espectacular! Acudí a comer con mi pareja y quedamos los dos encantados y deseando probar mas cosas de la carta. La comida es increíble, desde el pan hasta los postres, pasando por los entrantes y platos principales… Nos gustó todo! Si tuviese que recomendar algo, recomendaría su arroz a banda y los torreznos con gucamole, pero de verdad que cualquier elección es digna de pedir y probar en este restaurante. La decoración del restaurante muy acertada, te da una imagen de restaurante tradicional pero nada antigua ni cargada, con mesas cómodas, amplias, y con separación entre ellas. No es el típico restaurante que le puedes pedir pan al de al lado y que si sacas un codo de la mesa lo apoyas en la otra… Ambiente muy agradable, es un sitio donde puedes comer tranquilo sin que te molesten por ser ruidoso. Por último destacar el trato de todos los empleados, en especial el trato de Guillermo, que nos hizo entender lo que comíamos y nos hizo sentirnos como en nuestra casa. Volveremos!

Absolutamente genial. Me tome de primero un guacamole con torreznos. De Segundo un arroz ahumado con salmonetes. Alucinante el sabor entre madera, miel y arroz ahumado. Una delicia. Y de postre una tarta capuchina muy conseguida, cercana a la de la Pastelería Neguri de Madrid, hoy desaparecida. Destacar el servicio y los innumerables «detalles» del restaurante: mousse de tomate, brioches recién hechos y calentitos, copa de vino dulce frío en los postres y en el café te traen una bandejita con un bizcochito, un macarón de café y una pequeña galleta de chocolate. Su terraza es un paraíso en mitad de la madrileña calle de doctor Fleming… 🏝️ Un 10. VOLVERÉ 👍

Me hubiera gustado darles cinco estrellas porque casi todo lo que comimos estaba bien y nos trataron bien, con aperitivo de la casa y una copita de vino dulce para el postre, pero lo que nos hacía más ilusión, el arroz, no nos convenció. Tenía muy buena pinta pero le faltaba algo, sabor, punto... Estaba comestible pero le faltaba algo. Los primeros bien, el humus, las croquetas, la berenjena, la ensaladilla correcta, los callos muy ricos, y los postres bien pero bastante escasos. Con bastante bebida fueron unos 50 euros. Bien, volveré pero no pediré arroz.

Buen local y buen servicio. Carta muy extensa y muy bien que se puedan pedir medias raciones Excelentes lo callos, la ensaladilla deficiente con exceso de mayonesa que encima sabía muy industrial, los torreznos con guacamole y la escalibsda muy normales pero las croquetas están muy bien. El bajonazo fue el arroz de caracoles y conejo, muy bien de punto pero muy insípido sin duda mejorable.

Anoche cenamos en Fonda por el día de San Valentín. El menú especial muy bien y muy rico (para nuestro gusto, faltó algo de carne para degustar y venía con excesiva bebida que no nos daba tiempo a consumir con la comida). Del menú destaco especialmente la lubina, estaba excelente. El servicio, eso sí, de 12, muy amables y atentos, y el menú bien preparado. El local muy bonito, elegante y limpio. Volveremos.