Cantina

Toda la experiencia es perfecta, visita al antiguo hospital, a la galería de arte y acabar comiendo en su restaurante. Lugar mágico, frente al mar. La decoración, el ambiente, la paz que se respira...la carta es pequeña pero intensa. El personal amable y profesional. Comimos una coca de acelgas, arroz caldoso marinero, macarronada, pechuga a la brasa y pilotes. Todo buenísimo! Pero el arroz...brutal!! Volveremos, seguro!

El enclave del restaurante en sí es espectacular, en plena Isla del Rey, en el centro del Puerto de Mahón pero a su vez, el sitio esta perfectamente decorado al estilo menorquín. Respecto a la comida, sorprendentemente buena. La carta es muy variada y dispone de muchos platos para compartir. A destacar la macarronada y las albondigas con salsa de almendras. Es recomendable reservar con antelación tanto en la Cantina como el transporte de ida y vuelta.

Desde luego, el lugar que no puedes dejar de ir. No se trata de sólo ir a comer o a cenar, es toda una experiencia. Nos ha encantado toda la propuesta, el lugar, idílico. Arte, Historia y una excelente gastronomía en un único lugar. Todos los platos, riquísimos! El trato, impecable. No te dan ganas de irte. Ojalá no decaiga la calidad nunca y que mantegan la magia de este lugar. Desde luego, ha subido al primer puesto de nuestros lugares favoritos en Menorca.

La visita a la Isla del Rey es especial, es la tercera vez que vamos y cada año se superan.El chico con gafas que nos recibió a la llegada a la Cantina es encantador, simpático y un gran profesional. La comida, deliciosa. Pedimos coquetón de langosta ¡que sabor!,albóndigas con salsa de almendras ¡ me recordó a las que hacía mi abuela!,arroz de presa ibérica y setas de Menorca y lubina espectacularmente elaboradas. Terminamos el festín tan bien como lo empezamos con la pomada 3 texturas, tarta de chocolate y greixera. Los camareros que nos atendieron muy profesionales y el comedor es precioso. El próximo año nos volvemos a ver! Eso si, este año se me va a hacer muy largo…;)

La Cantina es el único restaurante de la Isla del Rey. Tiene las mesitas fuera, bajo unos árboles que dan sombrita. Nosotros fuimos a finales de julio. Esa semana había hecho mucha calor pero es posible que no se pueda estar a gusto si hace mucha calor. Pedimos ensalada de ventresca y unas croquetas. Todo muy rico pero es caro. La ensalada, por ejemplo, llevamos comiéndola en varios bares/restaurantes y no era de las que más cantidad había pero sí la más cara. Entendemos que al final, la exclusividad del sitio la pagas. El servicio fue correcto y el ambiente muy tranquilo y relajante.

Una comida elaborada por el equipo de chefs mas elegantes y con buen gusto, nunca puede estar mala. ESPECTACULAR. Una brasa de 2 metros, arroces y postres preciosos y sabrosos a la par qie tradicionales. Servicio super vivaz y jovial. Ambiente inmejorable con una calma unica en la isla del rey... Que barbaridad de sitio

Una buena comida, en un entorno maravilloso y con un buen servicio. Hemos ido tres parejas y hemos pedido todo para compartir. Platos muy originales y sabrosos, como la coca de acelga, la ensalada de guixons y los mejillones al oliaigu; y otros más clásicos pero sorprendentemente buenos, como las croquetas, las albóndigas con salsa de almendra y el arroz caldoso, impresionante. Los postres también de nivelazo, tarta de xocolate, menjar blanc y especial mención al brussat. Sin duda, volveremos, y espero que muy pronto!