La Gorda De Calatrava

Casi inesperadamente, topamos con un muy buen sitio de tapeo cerca de la Calle Feria. Sensacional la ensaladilla, el salmorejo y las mini burguers. Los peques alucinaron con el mollete de Pringá con queso fundido. No acertamos con los puerros con queso gratinado, pero no porque estuvieran mal; no supimos pillarle al punto a la combinación de sabores. Muy bueno en tataki de atún con sus verduritas y su punto picante. El servicio muy amable, aunque con mucho cariño, muy mejorable la forma de tirar la caña (algo muy añorado por los catalanes como yo).

Suma exquisitez, de principio a fin, de toda su carta, ambiente, servicio y precio; dos personas comimos, de inicio, las bravas (crujientes, caseras, salsa brava suave, llena de sabor y un toquecito picante, que, sumado a ese ali oli también suave, nos encantaron), pulguota de pringa (aquí hay que pararse a erigirle un monumento a este plato, que con su pringá cremosa con cheddar y ese pan crujiente hicieron que se nos derritiendo los sentidos), alitas confitadas/fritas (jugosas, bien preparadas y con una salda tipo sweet/sour picante hacen que sean un manjar) y de entrante dos tapitas de salmorejo (casero, fresquito y muy muy bueno). Como siempre un bar o restaurante no sería nada sin un equipo que se encargue de hacerlo posible, así que de este servicio diré que fueron amables, profesionales, rápidos y perfectos, tanto sala como la cocina. ENHORABUENA

Un sitio bonito, el servicio de 10, la comida buenísima, el rabo de toro, las croquetas y las bravas muy buenas. La tarta de queso estaba espectacular, estaba en su punto, en cambio la torrija tenía muy buena pinta pero le faltaba algo de sabor, las he probado mejores. Me quedé con ganas de probar los Mini Dog tenían muy buena pinta

Restaurante en la parte norte de Sevilla, al lado de la Alameda y junto al puente de Barqueta. Es algo difícil aparcar por la zona, por lo que es recomendable aparcar por la parte de Isla Mágica o por Torneo. Pedimos 4 tapas y el postre, que es un imprescindible, la torrija. Todo estaba muy bueno, con un trato agradable y atento. El local es muy acogedor, con música de ambiente para acompañar la estancia. El total, 37,6€ para dos personas.

Estupendo. Los platos son sabrosos y juegan con los alimentos para crear algunos originales. La carne de cola de toro mezclada con crema de patata está deliciosa, y tampoco te amedrentes si lo que te gusta son los platos más clásicos, unas lagrimitas de pollo o unas patatas bravas bien hechas también están ricas aquí. El servicio es adecuado y las cosas no suelen ir lentas ni cuando están llenos. Eso sí, haz reserva si quieres cenar en días concurridos. El ambiente está la mar de chulo. No sé cómo describirlo bien, pero me mola la sensación classy y bohemio.

Carne en su punto perfecto... Pedimos solomillo de buey. Pedimos también pulga de pringá: deliciosa. Importante dejar un hueco para el postre, la torrija es un espectáculo. La chica que nos atendió, a la altura de los platos. Hemos venido por recomendación de una amiga y lo recomendamos a su vez a todo aquel que quiera comer bien. Encima no hay que sacar la tarjeta oro para pagar, muy buena relación calidad precio.