Voltereta

La experiencia fue muy buena, es una forma diferente de entrar a un restaurante y todo muy cuidado. Los camareros nos trataron genial, super atentos y te servían de forma adecuada. Destacar el trato de Jesús, un chico que parecía nuevo pero se notaba que se preocupaba por hacer todo muy bien. Un diez para el chaval La comida estaba todo muy rico, en especial el brioche de atún rojo.

Sin duda alguna, el mejor de toda la cadena Voltereta en relación calidad/precio. Merece la pena la experiencia, el ambiente una pasada y todo cuidado al detalle. Hay música en directo siempre. Recomendado el tiramisú. Ya sea de menú o de carta, recomiendo también la tortilla de patata. Hay que reservar con antelación porque suele estar bastante lleno.

¡Gran experiencia! Cuando entras por el pasillo de luces no esperas encontrar el ambiente que hay dentro. Un local con encanto, que no le falta detalle y que te hace sentir que estás en el pasado realmente. La música en directo es un gran acierto. El papel de los trabajadores excepcional! Te teletransportan a la época sin ninguna duda. La comida excelente! No teníamos dudas. Ya habíamos comido en otros restaurantes de la cadena y la cocina es de diez! Sin duda, para repetir!

La entrada al restaurante, se hace a través de un laberinto acristalado, es como meterte en el túnel del tiempo, sinceramente llama mucho la atención esta entrada. El servicio de camareros inmejorable, la decoración tipo años 20 está bastante bien, el precio genial y la comida no es una maravilla, pero se come bien, la tempura de verduras me ha encantado.

El ambiente muy cómodo y bonito, la música en directo es agradable. La comida está, en definitiva, espectacular. Sin palabras los diferentes sabores que tienen. No sabría con que plato quedarme, pero si que es verdad que los huevos no vale la pena pedirlls, ya que van con patatas de bolsa y eso te lo puedes hacer en casa. Por el resto, sin palabras, hasta los postres estaban muy ricos. Calidad-precio, unos 30€ por persona.

Otro acierto de Voltereta. Está muy muy bien ambientado y la entrada es muy muy curiosa. Tienen música en directo y bastante variedad de comida como en el resto de Volteretas. La carta es un poco más cara que los demás restaurantes, pero tienen opción de menú del mediodía de lunes a viernes. La sala y el jardín están conectados con lo que da más igual en qué lugar sentarse, aunque en mi opinión merece más reservar en el lado de Sala. Recomiendo mucho probar el hummus, los conitos San Diego y el plato de saquitos de pera. Los cocktels también tienen muy buena pinta y tienen mucha opción sin alcohol. Un lugar muy recomendable para conocer y vivir una experiencia distinta.

Conseguimos reservar para ir finalmente a La Voltereta, Bienvenido a Manhattan. El local es muy original y te sumerge de lleno en los años 20 con los uniformes de los camareros, la decoración y otros detalles que dejo para cuando decidáis ir los demás. El menú del mediodía está bien de precio para el tipo de platos que te sirven, elaborados y con buena presentación. No es barato para el día a día. La calidad de la comida es correcta, todos los platos nos han gustado, la tortilla trufada estaba especialmente buena. Por lo demás recomiendo ir ya que es una experiencia diferente a la que estamos acostumbrados a un precio muy asequible para repetir las veces que uno quiera (al menos el menú diario).

Fui con las expectativas altas ¡Y no me decepcionó! Una ambientación de 10 de la época de la ley seca. Llegando a una librería, pasando por la máquina del tiempo, y entrando a un restaurante con una ambientación espectacular, me quedé gratamente sorprendido. Si que es verdad que la comida deja un poco que desear para el precio que tiene. Pero el trato de los camareros fue espectacular la verdad.

Seguimos probando Volteretas, en este caso, Bienvenido a Manhattan. La entrada decorada con libros tiene su encanto. Hay que leer una historia y elegir varias respuestas para trasladarte a 1920. Al traspasar la puerta, te encuentras un pasillo de espejos con una bonita iluminación. Al fondo, unas cortinas que se abren y dan paso a un bonito salón con una decoración que imita a un Club Neoyorquino de los años 20. El salón está separado del jardín interior por un escenario con un piano y una mujer con voz dulce y una guitarra, que ameniza la comida con su música en directo. No falta detalle, la carta es un bloc de notas con cartas de diferentes historias. Tiene menú que incluye entrante, plato principal y postre. La comida riquísima y bien presentada. Manhattan es multicultural y por ello la carta ofrece platos de todo el mundo. Currys, pasta, hamburguesas, carne, pescado... todo muy bien elaborado. Un sitio temático donde comer muy bien